Literature
Ebro
Azul,
el agua mansa
que desciende como siempre,
sin pausa.
Verde,
el campo,
de paz remanso
del hombre imberbe.
Y en medio, ese blanco de arena,
de reflejo de piedra,
la orilla, la costa,
donde otrora descansaba mi vista.
Ebro, ¡Ay, mi Ebro!
Que en plena ciudad maña solo se aprecia tu paso,
que recorres la Castilla buscando mil atajos,
Navarra, La Rioja,
regando a Logroño,
dando color a sus hojas,
Aragón, que es mi tierra,
y con tus aguas la vertebras,
Cataluña y a Deltebre,
el fin de tu camino.
Ebro, ¡Ay, mi Ebro!
Que a todo un pueblo das nombre;
Que en tus orillas pelearon mil hombres.
Quie